UNA MAQUINA VOCEA
Una máquina grita y pide auxilio.
Nadie se lo consiente.
Es más, otros que pasan por allí
solo miran la oscuridad
del cuarto del deseo
pues solo sienten
el pulso de la fiebre
que alimenta sus cuerpos
arrebatados
por el calor de Julio,
arrebatados
por la visión desnuda del recuerdo,
arrebatados
por el chocar de labios
arrebatados.
Un rumor traga
su voluntad,
en la altura o en el sótano,
en el sosiego o en la vorágine,
en los ojos oscuros de la noche
o en las inquietas lámparas del día,
no importa dónde,
sólo el rumor culpable de su dicha
que estrangula las decisiones
para ensalzar
el lenguaje voraz
de sus sexos arrebatados.
1 nudo maquínico
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