LOS SUSURROS DEL TELÉFONO
Se oye un susurro. Y vuelta del revés
en el descanso, no hay horizonte exterior. Adentro.
Adentro las imágenes, susurradas imágenes
que impelen. El oído que escucha vigilante
las ordenes de fuera, los deseos de dentro.
Y se sube, se baja. Se levanta, se quita: se inmiscuye.
Y siguiendo al susurro, se posa y avanza intrépida.
Y siniestra persigue, el gemido se instala.
Se escucha cómo.
Y se sigue la forma del susurro. No hay voz,
solo sonidos. Dentro algo que ya no espera.
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