OTRA VEZ SERÁ, DICEN
(O POSTAL PARISINA)


No volaban los pájaros de un tejado a otro.

Calles tristes y grises, calles bellas
de orden, y grandes bulevares
de reflejos de letras y pantallas pintadas.

Las tiendas de madera en pasajes cerrados
y avenidas esbeltas: gusto decimonónico.

Almacenes de telas de agua y aceite.

Postales de color
chocolate y semillas de sucio oro.

Los esquíes de asfalto entre ruedas y piernas,
desde un escaparate de café.

Maniquíes de negro de la moda
de otoño parisina, de la moda de siempre.

Unas palabras aquí y otras allá
pasean de Montmartre a Germain des Prés,
de Matisse a Sartre,


y son pasos efímeros
que dibujan con puntos que son huellas
que delinean mapas: un grabado
de un transitar fugaz por un páramo de hielo.

Otra vez será, dicen.

31 nudo maquínico
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